Consolidar en y con la comunidad una propuesta de educación popular integral, recreada y contextualizada, mediante un liderazgo en red, que responda creativamente en las nuevas fronteras de la exclusión.
Empoderar los procesos de acompañamiento integral, fortaleciendo a los actores educativos, mediante comunidades educativas, con una espiritualidad transformadora que genere reconciliación y justicia.
Incidir en la promoción del derecho a una educación inclusiva y de calidad, afianzando el diálogo con organizaciones de la sociedad civil y el Estado, para caminar en un horizonte común.
Garantizar la sostenibilidad integral de Fe y Alegría, mediante el fortalecimiento y la mejora continua y efectiva de la gestión por procesos, que dinamice la propuesta pedagógica, pastoral y organizacional de la institución.
Fortalecer la capacidad institucional para la toma de decisiones participativa, mediante la gestión de la información y comunicación, a través de la sistematización, análisis y evaluación de efectos de impacto en los procesos.
Gestionar y analizar la información esencial, mediante la implementación de una propuesta de gestión de información, para la toma de decisiones y evaluación de estrategias, con el único fin de calidad educativa para nuestros niños y niñas.
Este movimiento está en efecto impulsado por ese deseo de transformación que reacciona ante la injusticia, pero ha logrado subsistir porque ese impulso viene dado por el convencimiento de que nuestros hermanos y hermanas merecen una educación digna, independientemente de su capacidad económica o de cualquier otra diferencia que impone la sociedad. Este convencimiento difiere del simple razonamiento o de la capacidad para identificar la injusticia, pues eleva la filiación de nuestros semejantes y diferentes a la categoría de hermanas y hermanos en Cristo, por tanto, nuestro compromiso y lucha a favor de la justicia adquiere otra dimensión.